miércoles, 21 de mayo de 2014

Desamor

Buenas,

empezaré por explicarme rápido. Lo nuestro no puede ser.
Nuestros encuentros furtivos, nuestras salidas a escondidas, nuestros roces de pasión han de terminar. No me duele decírtelo, necesito hacerlo.
Hace mucho tiempo que nos conocemos, demasiado tiempo reencontrándonos cada tanto. Si, ya se que tú solo quieres encuentros esporádicos con temporadas frenéticas de encuentros a escondidas pero quiero que esto acabe ya.
Cada vez que nos reencontramos me haces daño, estuve a punto de perder mi trabajo por que no te querías marchar, no me querías dejar. Tu frenesí me dejó agotado, extasiado, sin fuerzas.
Me quitas cosas y no me aportas nada. Hay veces que incluso dentro de tu demencia te encaprichas y me compartes con tu amiga solo para reírte de mi, para que ya no quede nada que exprimir y así obligarme a pasar la noche en vela a merced de vuestras fantasías.
Tu fijación por mi es enfermiza, como también es cierto que no tomo las medidas necesarias para dejar de estar contigo ya que reconozco que me dejo llevar, no hago caso a los consejos que me dan sobre ti todos los que te conocen aunque posiblemente yo te conozca más que ellos.
Nos hemos vuelto a ver hará unos días y ya te has adueñado de mi voluntad pero tampoco quiero luchar contra ti. Nunca lo he hecho, solo cuando la relación se podía convertir en más dañina de lo meramente esporádico.
Esta vez voy a dejar que estés conmigo. Mis allegados ya saben que hemos vuelto a retomar la relación, que me has encontrado, pero me han avisado de que vigilarán esta relación con sumo celo y que no me permitirán un juego a tres bandas con tu amiga y si llegará el caso serán ellos los que romperán la relación ya que saben que yo no estaré en condiciones de tomar decisión alguna. También saben que solo me utilizarás para tu divertimento y después te marcharás como haces siempre, dejándome como un guiñapo, acurrucado y solo en esa cama donde siempre nos encontramos y también saben y yo sé que será así como ocurra, como otras tantas veces y que será inevitable que una vez que te hayas marchado que no te eche en falta sabiendo ya de antemano que nos volveremos a encontrar y que serás tu como siempre la que me busque, me encuentre y me engatuse y yo el que me deje encontrar, me deje engatusar.
Este año nos hemos encontrado y ya me duelen hasta los dedos al escribirte, los ojos por los mocos, el alma por la tos.
Querida mía, ámame como se odian los amantes pero ámame.
Ya que tu nombre no lo quiero publicar simplemente te llamaré Gripe.
Un saludo y hasta la próxima.

No hay comentarios: